Martes no fue uno de los días mas provechosos. Teníamos que mover los últimos trastos de la casa vieja para dejarla limpia. No se que problemas había con los papeles del remolque (flipo), que al final nada. Te y calma. Vino de nuevo Noulen, el hijo mayor de Mama, que ha conseguido crear una vida familiar fuera de este barrio y con quien me es fácil de entender. Tocaba día de barniz sobre madera añeja. Puerta y ventanas.
Por la tarde apareció Simon, el manager de la ONG que ha intermediado entre yo y el orfanato. No se porque pero el nombre de Simon me traía a la mente un europeo rubito o un boer; al verlo no podía ser mas africano. Vino a dar a Mama parte del dinero que pague a la ONG. Desprendía energía. Nunca antes había tenido una subida tan instantánea de ánimos por simple contagio.
Miércoles día de gratitud. Demasiada para mi. Parece que mi aportación tanto personal como económica aunque breve, ha llegado en un momento muy duro para Colleens y no solo por el traslado.
Hoy me ha premiado con pastel de chocolate y, al ser ella muy creyente, con un sinfín de bendiciones y gratitudes que me han sobrepasado. Parecía calificarme de ayuda divina; uff yo de eso no entiendo. Evidentemente me siento alagado y valorado, pero yo solo quiero recibir lo justo por lo que hago. Ni de menos, pero tampoco en exceso. Pero ella esta contenta ahora; parece que empieza a ver la luz y eso me llena, claro.
He salido pronto para comprar el billete del bus que me llevara al inicio de mi ruta a pedales, y el mapa que debe guiarla.
Al coger el taxi happy, momento de viñeta de cómic Estaba sentado en el asiento trasero donde se supone espacio para 4 players. Una chica, un chico de espalda ancha y yo. El resto de plazas ocupadas. Y ha sido tener una intuición y ver entrar por la puerta al 'ultimo pasajero', una mujer que... como decirlo, no se movía con una simple brisa. Floop. Si cabía si. He llegado con los pantalones planchados de los lados.
Por la tarde apareció Simon, el manager de la ONG que ha intermediado entre yo y el orfanato. No se porque pero el nombre de Simon me traía a la mente un europeo rubito o un boer; al verlo no podía ser mas africano. Vino a dar a Mama parte del dinero que pague a la ONG. Desprendía energía. Nunca antes había tenido una subida tan instantánea de ánimos por simple contagio.
Miércoles día de gratitud. Demasiada para mi. Parece que mi aportación tanto personal como económica aunque breve, ha llegado en un momento muy duro para Colleens y no solo por el traslado.
Hoy me ha premiado con pastel de chocolate y, al ser ella muy creyente, con un sinfín de bendiciones y gratitudes que me han sobrepasado. Parecía calificarme de ayuda divina; uff yo de eso no entiendo. Evidentemente me siento alagado y valorado, pero yo solo quiero recibir lo justo por lo que hago. Ni de menos, pero tampoco en exceso. Pero ella esta contenta ahora; parece que empieza a ver la luz y eso me llena, claro.
He salido pronto para comprar el billete del bus que me llevara al inicio de mi ruta a pedales, y el mapa que debe guiarla.
Al coger el taxi happy, momento de viñeta de cómic Estaba sentado en el asiento trasero donde se supone espacio para 4 players. Una chica, un chico de espalda ancha y yo. El resto de plazas ocupadas. Y ha sido tener una intuición y ver entrar por la puerta al 'ultimo pasajero', una mujer que... como decirlo, no se movía con una simple brisa. Floop. Si cabía si. He llegado con los pantalones planchados de los lados.
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