Sábado 12 de octubre. Un día que recordare para siempre.
Por fin hoy la zona del Karoo central me ha mostrado todo su esplendor. Lucha de poderes entre el viento, hoy aliado, que insistía para que siguiera avanzando aprovechando su ayuda, y el paisaje que constantemente me incitaba a detenerme para que le hiciera un guiño con mi cámara.
He podido experimentar como puede cambiar el tiempo aquí en pocos minutos.
He empezado de Ladismith dirección este por la ruta 62. Sol y algunas nubes.
Al llegar a Calitzdorp me he adentrado por una pista muy agradecida. Poco a poco las nubes a mi espalda se hinchaban y acercaban.
Suerte que hoy la fauna local llevaba otro ritmo.
La lluvia y el frío me han cogido desprevenido y he tenido que improvisar.
Pero por suerte me ha encontrado una galería de arte, cuyo propietario es una de aquellas personas que dan envidia sana porque ha sabido encontrar su sitio. Te, exposición de fotos, conversación y pájaros atraídos por el bucólico jardín que rodea las galería.
La lluvia se toma una pausa y aprovecho para acabar de fulminar mis piernas. Subida, frío y de nuevo lluvia. Dudo en si ha sido demasiado ambicioso intentar seguir, hasta que veo algo que me dice que ha valido la pena.
Han sido 101 kms con 1937 metros de ascensión y mas de 5000 calorías en el camino. Un disfrute como pocas veces he tenido el placer de vivir. Un de esos días que pasan pocas veces y que, antes de que finalice ya lo añoras.
Después del tute hoy tocaba lujo (tampoco podía escoger)
Por fin hoy la zona del Karoo central me ha mostrado todo su esplendor. Lucha de poderes entre el viento, hoy aliado, que insistía para que siguiera avanzando aprovechando su ayuda, y el paisaje que constantemente me incitaba a detenerme para que le hiciera un guiño con mi cámara.
He podido experimentar como puede cambiar el tiempo aquí en pocos minutos.
He empezado de Ladismith dirección este por la ruta 62. Sol y algunas nubes.
Al llegar a Calitzdorp me he adentrado por una pista muy agradecida. Poco a poco las nubes a mi espalda se hinchaban y acercaban.
Suerte que hoy la fauna local llevaba otro ritmo.
La lluvia y el frío me han cogido desprevenido y he tenido que improvisar.
Pero por suerte me ha encontrado una galería de arte, cuyo propietario es una de aquellas personas que dan envidia sana porque ha sabido encontrar su sitio. Te, exposición de fotos, conversación y pájaros atraídos por el bucólico jardín que rodea las galería.
La lluvia se toma una pausa y aprovecho para acabar de fulminar mis piernas. Subida, frío y de nuevo lluvia. Dudo en si ha sido demasiado ambicioso intentar seguir, hasta que veo algo que me dice que ha valido la pena.
Han sido 101 kms con 1937 metros de ascensión y mas de 5000 calorías en el camino. Un disfrute como pocas veces he tenido el placer de vivir. Un de esos días que pasan pocas veces y que, antes de que finalice ya lo añoras.
Después del tute hoy tocaba lujo (tampoco podía escoger)
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