lunes, 21 de octubre de 2013

Fin

Aquí finaliza este blog. Días muy buenos y días malos, gente que ayuda y gente que engaña. Tendedores y sonrisas, gratitud excedida y trabajo no pragmático. Subidas y arco iris, desierto y lluvia, frío y agotamiento. Encuentros y paisajes... una suma de experiencias que ya están en mi y que iré digiriendo con tiempo.
O a lo mejor ha sido simplemente una rutilla en bici y un poco de manitas.
Sea como sea, gracias a los que habéis leído el blog porque viajando en solitario es una forma de compañía, que seguro ha ayudado a que siguiera algunos kilómetros más, que parara a hacer fotos para compartir o que tuviera un punto más de paciencia como voluntario.











Días 24 y 25 - Mandela day

El sábado fue un día que se me escapó de las manos. Después del city-bus nocturno y de separarme de los pedales, estaba un poco mermado y me paso el día en un plis. Me levanté tarde y poco más hice que mentalizarme para la vuelta, empaquetar las cosas, pasear por última vez por esta ciudad vigilada por nubes y montañas y, aprovechando que era sábado y que el sol por fin hacía su cometido, leer, pasear y bañarme en las playas de Cape Town. Sin duda esta ciudad es privilegiada en su entorno natural...


Domingo tocaba mi esperada visita a Robben Island, donde se enclava la prisión de máxima seguridad donde estuvo retenido Nelson Mandela (entre otros lideres) durante el apartheid (la de la peli Invictus). Algunas opiniones me impedían irme sin visitarla, y otras me la calificaban simplemente de aconsejable. No entiendo a los segundos ya que con toda seguridad es la visita turística mas interesante que he realizado. Como aperitivo las vistas a la ciudad des del mar.
Pero sobretodo la emotividad en la narración de los hechos, porque quien los expone es alguien que ha estado encarcelado entre estas paredes. Alguien condenado por el delito de negarse a estudiar en afrikaans, no por la lengua en sí sino por la imposición. Y cuando alguien que ha disfrutado de todos los lujos de este hotel de pulsera con todo incluido, en lugar de alienarse de los hechos decide compartirlos, todo se torna más noble y sincero. En mi opinión, si alguien se acerca a Cape Town, no puede irse sin pisar esta isla.




sábado, 19 de octubre de 2013

Dia 23 - Dos dias en uno

Por fin! por fin un día perfecto de primavera. Sol acosando pero con una temperatura amable entre los 20 y 22 grados. Las nubes hoy solo ejercen un papel escénico para romper el azul del cielo.
Empiezo por carretera secundaria de asfalto, casi de acceso privado para mi. Bosque con mucha vegetación  El asfalto deriva en una pista de tierra casi blanca tan compacta como su antecesor. Sube, claro que sube, pero al llegar a su cima se conforma y se mantiene por la loma de la montaña.
A la izquierda puedo llegar a ver la linea de mar, y a la derecha las montañas intentando contener a las nubes.


La pista se torna otra vez en asfalto dentro de un bosque que parece querer engullirla. Pero como no, al final los inevitables pequeños puertos rompetodo que hoy, al saber que me despido de ellos, me parecen mas amigables.

Ademas hoy, con mucho zoom y mas paciencia, he podido fotografiar a uno de los muchos primates que me han estado acompañando estos días  Y después del temple, he encontrado un grupo visiblemente mas acostumbrado a los humanos.

Con 72 kms pedaleados y 1133 metros de ascensión mas en mis piernas, al final llego a George, una localidad que ni es pueblo ni es ciudad. La idea es dormir aquí y mañana llegar a Cape Town en bus de linea. Pero me lio a preguntar si hay algún mini bus que salga hoy hacia la ciudad. Encuentro uno. Tengo que esperar hasta las 6 de la tarde, y me prometen que llegare máximo a medianoche. Mi experiencia con este tipo de transporte cambia las 6 por las 7, y las 12 por las 2 de la madrugada. Pero así el sábado estaré ya en Cape town.
Al lio. Antes de subir ya voy templando los nervios por la que me va a caer... salimos a las 8 y llego al albergue mas tarde de las 4 de la madrugada. No entiendo como hay gente aquí que sube al bus sin saber exactamente donde tiene que parar. Vueltas y vueltas buscando pueblos y calles por los barrios mas góticos y elitistas de la zona, claro.
Se que al final me quedara como anécdota y una vivencia mas, pero en su momento fue una pesadilla.

Dia 22 - Encuentros

Estando en Pletterberg bay, y con un panorama de nuevo gris, decido aprovechar la mañana para encontrarme con elefantes. Hay un pequeño centro de conservación cerca de aquí.
Hembras y crías nos esperan para recibir su delicatessen de frutas y hortalizas. Como era de suponer están muy adiestrados. El lado salvaje y el factor sorpresa se pierden, a cambio de poder interactuar con ellos.Otra cosa tachada de la lista.



De vuelta al albergue pinta lluvia pero hoy quiero llegar hasta Knysna. Son solo 38 kms pero me cuesta horrores prepararme y subir a la bici.


Esquivo la general tanto como puedo por una pista al sur, y una vez me reincorporo a ella, a lo lejos, veo algo que me hacer poner una marcha mas. Dos ciclo-turistas a los que doy caza. Una pareja de austriacos que acaban de empezar su ruta a pedales. Me uno a ellos para conversar y pedalear un rato en grupo.Al entrar en Knysna se desvían  me dicen adiós y desaparecen. Ok. 
Pero 0,375 segundos después llega por mi espalda una especie de exhalación.
A primera vista: un ciclista local de carretera. A segunda vista: Alguien especial. Donde mi vista espera un gemelo y un tobillo, encuentra una aleación de metal y un pequeño amortiguador. Tiene la pierna izquierda amputada des de la rodilla.
Le falta poco para finalizar los 6000 kms que se ha propuesto hacer por Africa. Va acompañado de otra ciclista y de un vehículo de apoyo.
Uno de esos valientes con exceso de fuerza de voluntad y en cuyo diccionario la palabra dificultad va seguida por la definición de oportunidad. Hablamos de mi paseo y de su gran aventura. Encuentros con animales, caídas  robos... todo con una sonrisa y una energía que me empapa. Tiene entrevista con el periódico local. Nos damos los teléfonos y entiendo que nos veremos para cenar. Lastima que se queda solo en la intención.

Se llama Helgard Muller y su historia esta aquí.

Al menos las nubes me regalan un bonito atardecer des de mi balcón  donde se puede dar de comer a los pájaros en la mano.

jueves, 17 de octubre de 2013

Dia 21 - El gran arbol

Me levanto en Louvain, el camping benéfico donde aun se ofrecen a llevarme unos kms para evitar la carretera. Día gris con amenaza de lluvia.
Pista al este y después al sur. En función de las fuerzas:
Opción A: parar en un camping a medio camino.
Opción B: Llegar hasta la costa que me queda un poco lejos.
Parece que la sobrealimentación de ayer ha surgido efecto y, aun tener las piernas algo agarrotadas, me siento con fuerzas. Del camping solo utilizo el bar para recuperar calorías  Salgo a pedales y otra vez la pista de disuelve entre una maraña de pequeñas montañas, debatiéndose entre bajar a refrescarse a los riachuelos, o subir a notar la brisa de las cumbres.



Me mata física y mentalmente. Cuando me estoy cuestionando si el mapa lo ha creado un topografo o uno de los baboons que se me cruzan, una de las pocas personas que encuentro en el camino me dice que al llegar al paso donde hay un gran árbol  solo me espera llano y bajada. Seguro? Hasta el árbol creo que llego.

La primera vez que empujo durante mas de media hora la bici en llano y bajada para llegar a un punto elevado.

Nunca se le puede decir a alguien que se desplaza con su esfuerzo que el camino es mas fácil de lo que en realidad es.
Por simples matemáticas al final si que toca descender y llanear hasta Pletterberg bay, un pueblo demasiado turístico adosado a una colina con buenas vistas al Indico.

89 kilómetros mas a mi espalda, distribuidos en 1472 metros de desnivel... muchos de ellos siendo yo el que lleva a la bici y no al revés.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Dia 20 - Pajara

Hoy un día raro y sufrido, de los que también hay que vivir.
Sobre el mapa elijo una pista hacia el sudeste, que parece plana y con buenas vistas. Me planteo hacerla en dos días  xino xano porque mi físico de baratillo esta ya apuradillo. Pero hay días que salen al revés y toca sufrir. Entro en un continuo subebaja a pleno sol y con un paisaje que no me parece muy agradecido... o mi vista esta cansada también. 


Al km 50 encuentro la primera sombra digna después de haberme comido mas de 900 metros de ascenso discontinuo. Rompepiernas de libro.

Suerte que la pista tiene una escapatoria hacia el sur. Rompo filas y cambio de ruta. En los 11 kms hasta la general toca empujar a la bici en casi cada subida. Pájara de libro. 68 kms con 1072 metros de desnivel totalmente inesperados.

Pero en el aspecto socio económico ha sido un día genial. Nick, quien ya casi me regalo la noche de apartamento con piscina, no me cobra ni desayuno ni cerveza. Deduzco que en agradecimiento a mis días de voluntario, pero flipo.
Pero la grata sorpresa fue por la tarde, al llegar al camping para dormir. La chica que me atiende, Marlett, me deja acampar de gratis y me trae un abanico alimentario que me hace salivar  des de yogur con cereales, hasta carne, pasando por pastel de limón (como estaba)... y por la noche pollo con patatas. Ademas, al girarse un viento que me trae recuerdos de la noche de Kleinmond, me asigna una cama gratis... no entiendo nada, y seguro que algo se me escapa, pero a dormir calentito y bien alimentado toca.
Como puede cambiar un día malo esta oda a la hospitalidad y generosidad de unos desconocidos. Ademas el entorno era precioso para las fotos finales de día.





lunes, 14 de octubre de 2013

Dia 19 - Lindo paso

Otro día completo.
Desayuno en un local regentado por Juan, un peruano que ha montado aquí su vida. Le explico mi propuesta de ruta y el me aconseja un 'lindo paso entre las montañas' dirección sur para acabar el día.
Salgo de Prince Albert hacia el este por na pista en medio del desierto. Monotonía  rectas eternas y el maldito efecto visual que transforma los llanos en suaves subidas. Era algo sabido pero que quería vivir. Mas de 3 horas en completa soledad, solo rota por algunas gacelas (o similar) y un baboon que me mira des de la distancia. Ambos esquivos a la cámara.

Al final se acerca una nube de polvo que sigue a 3 motoristas. Do you really having fun? Pues claro. Me certifican que estoy donde supongo; fiuu, porque no las tenia todas.
Llego a la carretera y sigo hasta Kalstroom, un diminuto pueblo donde puedo parar y mañana seguir al este por el desierto. Pero no he visto un asomo de sombra en 5 horas, agotado, no parece que vaya a ver nada diferente y una garrapata sube por mi pierna derecha. Me piro al sur y decido seguir hasta el siguiente pueblo.
Llego a la entrada del supuesto lindo paso. Son unas gargantas en toda regla!!! 10 kms por una pista que serpentea entre pliegues de roca siguiendo el curso de un riachuelo.
Una de esas obras faraonicas de la naturaleza cuyas dimensiones son imposibles de captar con una imagen.


Hoy al final 114 kms mas planeros por fin. Acabo en De Rust donde me ofrecen un apartamento con piscina a precio de ganga... ya acampare mañana si acaso.