domingo, 29 de septiembre de 2013

Dia 5 - Cape Town

Al despertar, en el albergue de Stellenbosch ojeo un folleto que anuncia rutas en bici por una reserva natural cercana... miro la hora. Bien! Tengo tiempo 'de sobras' antes de ir a la ciudad.
Desvisto la bici y ligero me dirijo a la entrada del parque. Por fin un día, aunque frío, soleado.
Pedaleo un rato dentro del parque para recordar a la cámara como hacer fotos soleadas.
Vuelvo, empaqueto las cosas y a Cape Town toca.

Ya en el albergue, tengo el primer encuentro con la gestora del orfanato. Ufff, que mal la primera conversación... yo con mi ingles 'académico' y ella con su acento afrikaner. Suerte que la mediación de su hijo ha llevados las cosas a sitio. Me ofrecen ir ya al orfanato... pero prefiero tomarme un respiro.
Mezcla de sensaciones; paso de preguntarme si no me he liado demasiado y de plantearme anularlo todo, a tener unas ganas enormes de empezar ... dudas lógicas  necesarias y supongo que buscadas. Porque no escogí costa brava y daiquiris?

sábado, 28 de septiembre de 2013

Dia 4 - Vuelta a Stellenbosch

Hoy toca volver a Stellenbosch, para recuperar parte de mi equipaje y para acercarme a Cape Town. El cielo esta indeciso entre el gris y el azul. Pero o caen rayos o hoy pedaleo.
Me despido de James y salgo por una pista de tierra con los paisajes desvirtuados por el manto gris que gana terreno.
Ya en asfalto, la ruta inicial me llevaba al noroeste, pero viendo nubes de tormenta en esa dirección  salgo disparado al sudoeste, por una ruta mas larga y menos bonita pero, de momento, ajena a la lluvia.
93 kilómetros mas para mis piernas, en una ruta poco memorable.
La recibida de Sudáfrica ha sido poco brillante... mejores momentos vendrán.

Dia 3 - It's raining again

El viento que limpio el cielo de nubes, insiste pronto en azuzar la tienda, primero suave y después violentamente. La lluvia se une a la fiesta, por si me quedaba alguna esperanza de dormir. Finalmente, a las tantas de la madrugada, decido salir y mover la tienda a cobijo de unos arbustos. Lucho con el viento y dejo que la lluvia me empape, a cambio de un poco de calma para dormitar unas horas. 

El día parece heredar las condiciones de la noche. Pedalear se plantea muy complicado. Voy al punto de información  y allí la casualidad me topa con James, un hombre que ejerce de guia y que me ofrece a buen precio una habitación independiente en su casa.
Acepto, intento seguir, descanso, parara de llover?, ... 
Me toca día de descanso para secar mis cosas, leer, fotografiar la playa y esperar que el tiempo mejore.

Acabo el día en casa de James, que se delata orgulloso de su pueblecito, repasando sus fotos y recuerdos, a lo que contraataco con imágenes y momentos de Senegal. 

Dia 2 - Pedales hasta Kleinmond

Mi idea era pedalear dirección norte evitando las zonas mas turísticas  pero los consejos me orientan al sur, hacia una carretera escénica, literalmente entre mar y montaña.
Bonitas vistas al mar, con juegos de luces provocados por las nubes, des de la costa que la propaganda vende como la mejor zona del mundo para divisar ballenas des de tierra firme.

Estando cansado de asfalto, coches y pueblos orientados al turismo, surgida de la nada 
encuentro la entrada a la reserva natural de Kogelberg; una puerta a otra realidad que en 3kms de pista me transporta a un verde y solitario valle de montaña, gobernado por un río de corta vida. 

En las oficinas del parque me niegan la acampada. Insisto, pero son las normas me dicen. Pienso que la chica no quiere ayudarme. Viéndome  coge el teléfono y no para de llamar hasta encontrarme un sitio donde acampar cerca de la playa. Entiendo que no podía ayudarme. Regreso de donde venia y enseguida doy con el camping cerca de una playa blanca enfrentada a un mar crespado. Unos 85 kilómetros que me han llevado hasta Kleinmond, un privilegiado pueblecito de costa.

Las nubes apuntan lluvia al anochecer, pero hoy el viento tiene las de ganar y me acaba sacando a golpes de la tienda para que vea el cielo que ha pintado de estrellas.

Dia 1 - Ya estoy aqui

Por fin Cape Town, después de casi 18 horas de camino. En el avión  primeros consejos sobre Sudáfrica de parte de Nicolas, un fotógrafo que regresa de dos semanas en la India. Es mediodía. La bici llega conmigo magullada pero sana.
La monto en el mismo aeropuerto acusado por el ojo critico de los empleados.
Salgo al exterior y veo a lo lejos el que parece ser el Mount Table perfilado por una nube que lo acaricia. Hago ruta hasta Stellenbosch, a unos 30kms del aeropuerto. Primer contacto con el contraste sobre el que venia avisado; después de pasar por caóticos barrios de chabolas, en breve, diviso complejos turísticos de alta gama. Falta el termino medio... que raro.
Paso de mala hierba llena de escombros, al verde césped cortado. De ríos cloaca a lagos ornamentales. De la proximidad de la gente al aislamiento.
Saco la cámara para plasmar los contrastes... batería baja... se apaga. A pedalear!